...Las únicas verdades que nos ayudadarán en "este proceso" son aquellas que nos han sido reveladas a través de vivencia própia. Podemos recibir muchos consejos acerca de como crecer y desarrollarnos como personas útiles a nosotros mismos, pero las ideas superficiales que no han tocado la fibra sensible del corazón, no pueden crecer como elementos de sabiduría.

W. Dresel







jueves, 24 de junio de 2010

EL AMOR SE PUDRE EN LA VENTANA





EL AMOR SE PUDRE EN LA VENTANA.



En esta ventana
veo pasar todo
pero yo estoy aquí
orfebre de lo que pudiera ser
y que no alcanzo ni a rozar.

Pasan prisas,
desengaños,
pasiones,
difuntos,
idilios grandes,
pormenores varios,
ambivalencias del hecho,
secuencias de lo ajeno,
bisagras de lo própio,
...y desde aquí observo absorto

sin dejarme penetrar
por el impulso de la acción,
lejos
y ajeno
incluso a mí.

Pasan sus vidas,
y pasa la mía,
estrellas y momentos fugaces
que decoran por unos instantes
el firmamento.

Atrapado y cansado
en esta ventana,
anestesio dolores
con un torrente
de imaginación desbordada
que arrasa la realidad
a su paso,
para dejar
paraisos idealizados
ideados para la evasión,
de esta huida
facilmente tachable de cobardía.

Maldita sea la ventana
y maldito el estancamiento
del agua que no corre
y genera pobredumbre,

olores fétidos
de intenciones corrompidas por la desidia,
huesos entumecidos
y sangre gélida,
maldita penitencia del no ser.

Nudos en la garganta,
de corbata,
de sogas...
nudos en pies y manos.

Vueltas de tuerca
y revueltas del deseo,
cara y cruz de una moneda
atrapada
en el puño cerrado
soduroso,
e indeciso
por no lanzar al aire
la incógnita
a sabiendas
de lo inevitable
de la respuesta del destino.

Ventana,
si si,
te hablo a tí ventana,

ya no aguanto más
estar apoyado en tu alfeizar,
porque a pesar de todo lo bello
que pueda ver
a través de tu marco,
reconozco el espejismo
que me ofreces,
estar alejado de mi centro
entre ayeres y mañanas,
con impotencia
ante lo inalcanzable.

Así que te dejaré abierta
para que entre y salga el aire
ventilando esta morada,
pero yo estaré en otra parte
porque mientras estoy obnubilado
en tu compañía
el amor se pudre.

HOKA HEY 2010.






lunes, 21 de junio de 2010

SED DE VIDA



SED DE VIDA:



Enamorado por la brisa
me perdí navegando
por los siete mares,
buscando
lo que ya encontraba
en cualquier orilla.
Cantos de sirena
de la mente
escesivamente inquieta
que nos llevan mar adentro,
cada vez más lejos...,
empujados por vientos
de elucubraciones sobrecargadas
que distorsionan
la sencilla voz del alma.



Qué razonamiento puede dar sentido
al sentimiento incomprendido
que vaga
por sobrias callejas de sensatez?.
Sublimaciones y sucedáneos
de lo que se quiere,
excusas
para no llamar a las cosas por su nombre,
barrotes de locuacidad
para almas encerradas
en carceles de hielo.



En medio de este torbellino
de definiciones
no puedo ver bien
con tanto polvo levantado.
Donde estas?
...donde estamos?.



Escenarios grises,
palabras grises,
masa gris,
y nubes demasiado grises
que no dejan pasar los rayos del sol.
Cielo oscuro y encapotado
que tan sólo puede abrirse
con el calor de la cercanía
y el furor de tu sonrisa.



Perdona
si hoy no te acompaño
por sendas
de responsabilidades
apadrinadas por la urgencia.
Hoy no porto espada,
ni cargo ladrillos
para levantantar
el faraónico templo
de la coherencia,
pues tanta locuacidad
esta vez me atora,
y sólo nos deja estar cerca
en la lejanía
del formalismo reverente.



Con gritos ensordecedores
la necesidad clama
calmar la sed de vida,
voces del instinto
que retumban
como eco amplificado
en el desierto de la monotonía,
reivindicando
que lo que realmente importa
no tiene porque estar tintado de gris.



Y es la fantasía,
tu mano
y esa sana locura del dejarse llevar
el antídoto que preciso.



Y es mi deseo soñar y hacerte soñar,
adentrarme en bosques de leyendas
y rescatar la magía
de las garras del desasosiego,
para dibujarte con sus colores
mil cuentos
en los que perdernos y encontrarnos,
proyectándonos
desde nuestra simbiosis
hacia horizontes de siete lunas
para estallar
como un cohete de feria
rompiendo el hastio de la penumbra.




HOKA HEY 2010.


jueves, 10 de junio de 2010




EL PODER TRANSFORMADOR DE LAS PALABRAS (4ª Parte, y última):
"NO SAQUES LA ESPADA SIN MOTIVOS, NI LA GUARDES SIN HONOR"





Caminaba con mi padre, cuando él se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me preguntó: Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más? Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí: Estoy escuchando el ruido de una carreta... Eso es, dijo mi padre. Es una carreta vacía. Pregunté a mi padre: ¿Cómo sabes que es una carreta vacía si aún no la vemos? Entonces mi padre respondió: Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido. Cuánto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace. Me convertí en adulto y hasta hoy, cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y haciendo de menos a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo: "Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace".

("La carreta vacía", texto extraido del blog "Gotas de luz").



Trás analizar el efecto modificador que tienen las palabras en la estructuras moleculares del organismo e incluso fuera de este, paso a abordar otra faceta tranformadora de éstas menos espectacular pero no menos importante, su impacto a nivel social.

La cita que abre esta sección me viene al dedillo para continuar hilvanando este recorrido de dilemas sobre el uso de las palabras, su carga emocional y el poder transformador que tienen.

Parece que en ocasiones no somos muy conscientes de como afecta cada una de esas palabras que plasmamos en los textos o que lanzamos al aire. Sobre todo estas últimas, las dirigidas directamente a quien tenemos enfrente creo que son las que más pueden impactar, ya sea favorablemente o de forma negativa, puesto que al mensaje que albergan las palabras en sí mismas añadimos matices importantes a través de nuestra expresión corporal. Ademanes, expresiones faciales, entonaciones, que intensifican o merman lo que se dice.

Podría ser significativo señalar que la palabra conversar viene del latin “conversare”, que significa “dar vuelta”, “hacer conversión" (conversión = cambio, transformación).

Al conversar todas las partes interactuan, no se produce un simple intercambio pasivo de información, sino que evolucionamos según transcurre la charla, aprendemos, consensuamos opiniones, planificamos proyectos, idealizamos situaciones, influimos en las demás, aportamos nuestro criterio, hacemos propuestas, interpretamos, nos ponemos de acuerdo, damos explicaciones, conectamos, forjamos vínculos.

Toda red social parte de la afinidad surgida en las conversaciones y en gran medida proveemos nuestra vida de lazos interpersonales que en gran medida facilitaran o dificultaran nuestro hacer según la calidad de los mismos.

Puede suceder que en el transcurso de una conversación, o posteriormente al reflexionarla, se moldee la percepción (aunque no nos demos cuenta) al valorar una visión que antes no nos habíamos planteado, siendo probable que la incorporación de esos nuevos planteamientos influya para concebir la realidad de una forma distinta. Aquí podemos atrevernos a decir que nuestro ser está cambiando por dicho influjo, y con él nuestra manera de vivir. Esta transformación íntima en la persona conlleva a que junto a las nuevas nociones que la hacen cambiar se incluyan nuevas posibilidades para actuar y crecer (El ejemplo más significativo de ello quizá pueda verse en las conversaciones terapéuticas con psiquiatras o psícólog=s, siempre que estas depierten el efecto deseable).

Pero claro está que no siempre las conversaciones dan lugar a cambios favorables.

En la metáfora de "la carreta vacía" arriba mencionada nos situa en la vertiente peyorativa de la conversación, exponie
ndo como podemos llegar a avasallar a l=s demás cuando hablamos. Podemos llegar a hablar de respeto pero si las formas que empleamos no se corresponden con lo que se habla, son cuanto menos estériles, y en el peor de los casos, hirientes. Las formas también estan repletas de contenido.

Al margen de poder meter la pata sin querer (que a tod=s nos pasa), existe una tendencia a arremeter contra el prójimo innecesariamente, sin pudor alguno, e inconscientes de las consecuencias nefastas que ello acarrea en todo cuanto nos rodea, y para empezar en el propio emisor.

En los medios de comunicación no cesan en el empeño de hacernos ver el mundo como un lugar inseguro y despiadado, y de alguna forma ese catastrofismo si
stemático cala. La concepción del mundo como un escenario totalmente belicoso, conlleva una actitud defensiva y ofensiva que hace reaccionar contundentemente y sin escrúpulos hasta ante situaciones irrelevantes. Aveces se tienen pocos reparos en hacer rodar cabezas (aunque sea lexicamente) porque sí, porque esa es la tónica que se considera dominante en lo que se asume como un "modus vivendi" generalizado. Puedo parecer algo paranoico pero creo que existen intereses (políticos, económicos, religiosos, patrióticos...) para fomentar esta forma de pensar, y para que nos imaginemos en una jungla donde comes o te comen. Al ver la vida como una guerra de tod=s contra tod=s, no nos podemos permitir un acercamiento a l=s demás, y ello hace que estemos desconectados, sin apoyo, siendo vulnerables y propens=s a rendir pleitesía al poderoso de turno para que a cambio nos proporcione protección. En definitiva nos crea inseguridad en nosotr=s mism=s, y nos hace acabar siendo sumis=s y facilmente manipulables (a pesar de nuestra pose "dura").

Sé que soy un tanto idealista y que fantaseo bastante con el mundo en el que me gustaría vivir, pero igualmente tengo los pies en el suelo y ando las mismas calles que cualquiera. Considero obvio que se dan casos en los que es necesario defenderse, pero pienso que se desperdician demasiadas energías en permanecer en este estado de alerta constante. Es como si adoptasemos una filosofía de guerra desde una vida orientada a la comodidad y la desidia extrema (contradictorio, no?). Un "paradógico estado de excepción" donde cualquiera es buen= para pagar nuestra frustración, eso sí, democrática y civilizadamente.

Desde mi punto de vista estamos tan tens=s como frustrad=s, observo que se tiende en exceso a discutir,
a hablar fatal de la gente (sobretodo a la espalda), y a considerar como fuente del mal toda persona menos un= mism=. Es curioso como luego a la hora de asumir responsabilidades para resolver problemas se disipa ese "clamor guerrero" (donde dije digo, digo Diego y nos quedamos tan panchos). La cuestión es que se contamina el ambiente anímico con demasiados calificativos despectivos, y atacamos sin pensar mucho el que, el como, ni el porque, desaprovechando unas fuerzas valiosísimas que bien podrían ser puestas a disposición de algo que considerásemos bueno, o para defendernos en las situaciones en las que realmente fuese necesario.

Existe un tópico r
eferente al manejo de la espada que dice "no la saques sin motivos, ni la guardes sin honor". El origen de dicha cita es más que discutible, se la encuentra tanto en textos referentes a los samurais japoneses como enmarcado en contextos medievales de la caballería europea. Indiferente de su denominación de origen es una cita que desde que la conocí me ha dado que pensar, más que en su aplicación en terminos marciales, enfocada a las relaciones cotidianas, a la filosofía al uso, a la comunicación directa.

Los enfrentamientos nunca serán experiencias agradables (y si lo fuesen algo gordo estaría fallando en nuestro interior), sacam
os nuestro lado agresivo, destructivo (ya sea en lo referente a lo físico, material, o verbal) tanto con lo atacado como con nosotr=s mism=s, pues en el momento en que el ego se alinéa con el odio nuestro organismo comienza a tener disfunciones (cardiacas, inmunológicas, respiratorias, de pensamiento, ...), aparte del riesgo que supone la exposición al enfrentamiento (física y psíquicamente hablando). Así que considero que es a valorar si existe una causa de suficiente peso como para "desenterrar el hacha de guerra" (...que si nos ponemos a buscar sin duda las encontraremos).



Se puede abarcar la resolución de conflictos de diversas formas, ni todos los conflictos son iguales, ni todas las posibles formas de solventarlos conducen a un mismo resultado.

Para empezar para que una situación adquiera la categoría de problema o conflicto tenemos que ser nosotr=s quien le otorguemos tal categoría, guiad=s por el criterio obtenido de nuestra percepción y valoración. Quizá la frecuente tendencia al conflicto estribe en que no jerarquizamos adecuadamente los direntes tipos de situaciones y sus posibles vías de resolución (si es que realmente hay algo que resolver), y por esto ponemos al mismo nivel una falta de afinidad con una situación de vital importancia (real). Todo es cuestión de grados y de asignar a cada situación su justa posición en nuestro ranking personal de valores, siendo necesaria una perspectiva amplia y sensata para evaluar sin precipitaciones irresponsables.

Ahora bien, si creemos que esa es la vía y nos vemos inmersos "en la batalla", seamos honest=s y asumamos la resposabilidad de nuestros actos (cada acción implica una reacción) haciéndolo dignamente.

Es posible (muy frecuente) que al involucrarnos en una confrontación nos veamos arrastrados por el frenesí adrenalínico de la misma, y que perdamos los papeles con facilidad, haciendo o diciendo cosas de las que no estamos convencidos ni que sentimos, y de las cuales seguramente nos arrepintamos al pasar la tormenta.

Podemos comprender que en esas circunstancias en las que ya empezó a girar la rueda de la discordia, sea altamente complicado mantener la templanza necesaria para evaluar racionalmente el alcance de la situación y para moderar nuestra actuación estando a la altura de las
circunstancias sin que perdamos de vista el origen (las causas), lo que queremos resolver, y los medios que empleamos para ello (en cuanto a esto es obvio que unos medios desmesurados daran lugar a unos resultados desmesurados..., medios y fines han de estar equilibrados y de ser coherentes entre sí para no desembocar en desenlaces caóticos. El fín nunca justificará los medios).

Dicha dificultad en conducirnos coherentemente por los terrenos angóstos del enfrentamiento, hace que tome el relevo en el control en esas "situaciones de riesgo" la parte más instintiva de nuestro cerebro -mente, (la amigdala, también conocida como cerebro reptil) la cual situará nuestra percepción en una "conyuntura de miedo" donde las posibles variantes de reacción quedan englobadas y reducidas a dos grupos; huir, o atacar. Un terreno en el que dificilmente podrán aflorar pensamientos constructivos, y donde las palabras que emerjan casi con total seguridad serán simientes de desolación que den lugar a más de lo mismo, transformando "el inconveniente" en su mismo reflejo pero aumentado exponencialmente.

En innumerables ocasiones los conflictos se nos presentan como algo impredecible e inevitable, pero también es verdad que otras tantas hemos contribuido a crearlos con nuestras palabras, sobretodo en este segundo caso si que tenemos mucho que aportar. En cualquier caso lo que siempre podremos hacer es fomentar unos medios más convenientes para reconducir las circunstancias adversas al mejor puerto posible y con el menor desgaste (emocional y físico).

Como ya hemos señalado, las palabras que utilizamos para edificar ideas nos estan influyendo constantemente en la configuración de nuestros esquemas mentales. La inclusión de expresiones constructivas y optimistas, y la profundización en dichos conceptos van dejándonos su huella, y harán que estemos familiarizados a una visión de la realidad donde dichas ideas y expresiones sean nuestras "monedas de cambio", nuestras
"lentes de color" que alteren positivamente la percepción de la influencia externa, y nuestros "catalizadores" que filtren y reconduzcan "lo inconveniente" para devolverlo en forma de alternativas que apuestan por una mejora. La familiarización mencionada con este tipo de conceptos nos precondiciona para concebir cada situación adversa como una oportunidad de crecer poniendo en práctica los principios resolutivos que albergamos, sin tener porque interpretar necesariamente esas circunstancias como un problema (No siempre la mejor defensa es un buen ataque!).

Claro está que para que "estos frutos cosechados puedan aflorar en medio de la tempestad", tendremos que haberlos madurado y afianzado con
el suficiente tiempo y dedicación, de forma que lleguen a transformar "nuestra fibra sensible". Si queremos tener siempre a nuestra disposición ciertos pensamientos y sus efectos, no debemos dejar de fomentarlos. Hay que tener constancia y sentirlos como una parte más de nuestro ser para que luego puedan seguir teniendo un papel principal en esa parte de la función en la que entra en escena el miedo con sus bloqueos.

Las ideas es como si fueran seres vivos a nuestro cargo que tenemos que cuidar constantemente, a diario. Aquellas a las que alimentamos mejor serán las que mejor crezcan, y las que descuidemos irán haciendose débiles hasta el punt
o de poder morir (que en algunos casos es de desear).

Una vez más nos encontramos ante la posibilidad de modelar lo que somos a través del poder transformador de la palabra. Dependiendo de la connotación del lenguaje que configura el paisaje vivencial donde nos desenvolvemos, así irá recreandose nuestro mundo interno, existiendo una reciprocidad de la interacción de nuestro interior y del entorno, un flujo y reflujo que condiciona el presente y que sirve para abonar el horizonte de un futuro lleno de posibilidades .

Siempre
que no caigamos en la hipocresía de decir lo contrario de lo que se piensa o se hace, nuestras palabras serán semillas generadoras de aquello que evocan. Si empleamos un lenguaje belicoso crearemos violencia, si es creativo daremos lugar a más creatividad, si es honesto generaremos honestidad, y de igual modo con todo el resto de mensajes que podemos transmitir. Semillas que podemos seleccionar y plantar en nuestro jardín y en el de los demás.

El mundo puede cambiar y cambia con nuestras acciones y nuestras palabras, incluso como hemos visto en la entrevista del doctor Mario llegando a modificar nuestra misma estructura cerebral, teniendo e
n cuenta esto ¿que tipo de acciones y de expresiones queremos promover?. Si realmente queremos otro tipo de mundo, empecemos por nosotr=s mism=s y empujemos en la dirección deseada con acciones y palabras sinceras. Todo repercute y afecta. Si creemos que existen carencias en nuestra vida fomentemos lo que queremos vivir, si se trata de falta de amor y respeto por la vida propia y ajena, hagamos del amor y del respeto la consigna teórica y práctica de esa renovación que cada día se está volviendo más necesaria.

"CUIDEMOS NUESTRAS EXPRESIONES, ENRIQUEZCAMOS LAS CONVERSACIONES, CAMBIEMOS LOS CONTENIDOS VICIADOS Y ESTÉRILES POR OTROS MÁS PROVECHOSOS, Y DAREMOS FORMA A UN MUNDO DIFERENTE, CASI CON TOTAL SEGURIDAD MUCHO MEJOR".


*** Podríamos extendernos tanto como quisiésemos en este tema sobre el poder transformador de las palabras, la importancia en la calidad de las mismas creo que puede quedar más o menos esbozada a través de estos matices que he introducido, así que me apeo en este punto del camino (respirar tranquil=s), dejándoos descansar por el momento y esperando no haber resultado demasiado cargante con mi exposición. ***
(FIN)




SALUD.

HOKA HEY 2010.

jueves, 3 de junio de 2010





EL PODER TRANSFORMADOR DE LAS PALABRAS (3ª Parte):
METAMORFOSIS.


En medio de la construcción de este texto sobre "el poder transformador de las palabras" descubrí gratamente el blog " EL SILENCIO ES MI PALABRA, LA TIERRA ES MI MADRE" en el que estaba publicada una entrevista al Dr. Mario Alonso Puig (cirujano) donde justamente se abarcaban muchos de los puntos sobre los que estaba escribiendo. La calidad y capacidad de síntesis de las ideas recojidas en la entrevista me ha hecho replantearme su enfoque hasta el punto de creer más conveniente su reproducción que mis própias reflexiones.

HOKA HEY 2010.



Entrevista al Dr. MARIO ALONSO PUIG. CIRUJANO


P:-Más de 25 años ejerciendo de cirujano. ¿Conclusión?

R:-Puedo atestiguar que una persona ilusionada, comprometida y que confía
ensí misma puede ir mucho más allá de lo que cabría esperar por su
trayectoria.

P:-¿Psiconeuroinmunobiología?

R:-Sí, es la ciencia que estudia la conexión que existe entre el
pensamiento, la palabra, la mentalidad y la fisiología del ser humano. Una
conexión que desafía el paradigma tradicional.

El pensamiento y la palabra son una forma de energía vital que tiene la
capacidad (y ha sido demostrado de forma sostenible) de interactuar con el
organismo y producir cambios físicos muy profundos.

P:-¿De qué se trata?

R:-Se ha demostrado en diversos estudios que un minuto entreteniendo en un
pensamiento negativo deja el sistema inmunitario en una situación delicada
durante seis horas.

El distrés, esa sensación de agobio permanente, produce cambios muy
sorprendentes en el funcionamiento del cerebro y en la constelación
hormonal.

P:-¿Qué tipo de cambios?

R:-Tiene la capacidad de lesionar neuronas de la memoria y del aprendizaje
localizadas en el hipocampo, y afecta a nuestra capacidad intelectual
porque deja sin riego sanguíneo aquellas zonas del cerebro más necesarias
para tomar decisiones adecuadas.

P:-¿Tenemos recursos para combatir al enemigo interior, o eso es cosa de
sabios?

R:-Un valioso recurso contra la preocupación es llevar la atención a la
respiración abdominal, que tiene por sí sola la capacidad de producir
cambios en el cerebro. Favorece la secreción de hormonas como la serotonina
y la endorfina y mejora la sintonía de ritmos cerebrales entre los dos
hemisferios.

P:-¿Cambiar la mente a través del cuerpo?

R:-Sí. Hay que sacar el foco de atención de esos pensamientos que nos están
alterando, provocando desánimo, ira o preocupación, y que hacen que
nuestras decisiones partan desde un punto de vista inadecuado.

Es más inteligente, no más razonable, llevar el foco de atención a la
respiración, que tiene la capacidad de serenar nuestro estado mental.

P:-¿Dice que no hay que ser razonable?

R:-Siempre encontraremos razones para justificar nuestro mal humor, estrés
o tristeza, y esa es una línea determinada de pensamiento. Pero cuando nos
basamos en cómo queremos vivir, por ejemplo sin tristeza, aparece otra
línea. Son más importantes el qué y el porqué que el cómo. Lo que el
corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando.

P:-Exagera.

R:-Cuando nuestro cerebro da un significado a algo, nosotros lo vivimos
como la absoluta realidad, sin ser conscientes de que sólo es una
interpretación de la realidad.

P:-Más recursos...

R:-La palabra es una forma de energía vital. Se ha podido fotografiar con
tomografía de emisión de positrones cómo las personas que decidieron
hablarse a sí mismas de una manera más positiva, específicamente personas
con trastornos psiquiátricos, consiguieron remodelar físicamente su
estructura cerebral, precisamente los circuitos que les generaban estas
enfermedades.

P:-¿Podemos cambiar nuestro cerebro con buenas palabras?

R:-Santiago Ramón y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906, dijo una frase
tremendamente potente que en su momento pensamos que era metafórica. Ahora
sabemos que es literal: "Todo ser humano, si se lo propone, puede ser
escultor de su propio cerebro".

P:-¿Seguro que no exagera?

R:-No. Según cómo nos hablamos a nosotros mismos moldeamos nuestras
emociones, que cambian nuestras percepciones.

La transformación del observador (nosotros) altera el proceso observado. No
vemos el mundo que es, vemos el mundo que somos.

P:-¿Hablamos de filosofía o de ciencia?

R:-Las palabras por sí solas activan los núcleos amigdalinos. Pueden
activar, por ejemplo, los núcleos del miedo que transforman las hormonas y
los procesos mentales.

Científicos de Harward han demostrado que cuando la persona consigue
reducir esa cacofonía interior y entrar en el silencio, las migrañas y el
dolor coronario pueden reducirse un 80%

P:-¿Cuál es el efecto de las palabras no dichas?

R:-Solemos confundir nuestros puntos de vista con la verdad, y eso se
transmite: la percepción va más allá de la razón. Según estudios de Albert
Merhabian, de la Universidad de California (UCLA), el 93% del impacto de
una comunicación va por debajo de la conciencia.

P:-¿Por qué nos cuesta tanto cambiar?

R:-El miedo nos impide salir de la zona de confort, tendemos a la seguridad
de lo conocido, y esa actitud nos impide realizarnos. Para crecer hay que
salir de esa zona.

P:-La mayor parte de los actos de nuestra vida se rigen por el
inconsciente.

R:-Reaccionamos según unos automatismos que hemos ido incorporando.
Pensamos que la espontaneidad es un valor; pero para que haya espontaneidad
primero ha de haber preparación, si no sólo hay automatismos.

Cada vez estoy más convencido del poder que tiene el entrenamiento de la
mente.

P:-Déme alguna pista.

R:-Cambie hábitos de pensamiento y entrene su integridad honrando su propia
palabra.

Cuando decimos "voy a hacer esto" y no lo hacemos alteramos físicamente
nuestro cerebro.

El mayor potencial es la conciencia.

P:-Ver lo que hay y aceptarlo.

R:-Si nos aceptamos por lo que somos y por lo que no somos, podemos
cambiar. Lo que se resiste persiste.. La aceptación es el núcleo de la
transformación.

(continuará)

martes, 1 de junio de 2010










EL PODER TRANSFORMADOR DE LAS PALABRAS (2ª Parte):
INTERACCIÓN UNIVERSAL



Todos los seres vivos emitimos y percibimos señales que sirven de referente para orientarnos, los animales (espero que nunca se nos olvide que nosotr=s también lo somos) además incorporamos a dichas señales una intencionalidad que transfiere información sobre lo que queremos transmitir, voluntaria o involuntariamente. En la evolución de la especie humana la necesidad de comunicarnos entre nosotr=s ha dado lugar a las palabras, símbolos gráficos u orales con los que se pretende especificar puntos concretos, tangibles o abstractos, donde tratamos que se centre la atención.

Cada palabra tiene un origen y un significado que nos permite al conjugarlas elaborar conceptualizaciones, y según se ha ido refinando su uso hemos podido aplicarlas cada vez con más plasticidad, desarollando dobleces de sentido e incorporando a su significado cargas de emotividad que aportan al receptor un factor adicional, que en ocasiones adquiere mayor relevancia que el mero significado.

Casi constantemente estamos siendo estimulad=s por las palabras y su influjo, sobre todo en las ciudades, donde la congl
omeración y confluencia de personas da lugar a un flujo muy condensado de información.

Todo lo que está en contacto influye entre sí, y al comunicarnos afinamos la puntería en dicha influencia. En cada mensaje que se emite estamos propiciando que se produzcan reacciones a nuestro alrededor aunque no despertemos el resultado concreto que deseamos (las influencias son multidireccionales y en último término cada persona procesa lo que absorve. Menos mal!!!), pero en mayor o menor medida influímos y nos influyen inevitablemente.

Aunque la materia ni se cree y ni se destruya, cada pequeña cosa de la naturaleza se encuentra en constante transformación. El "todo" influye en cada una de sus partes, y estas a su
vez afectan propiciando circunstancias que interfieren cohartando o fomentando el crecimiento del resto. Esta influencia va en función de la dirección (positiva o negativa) y de la intensidad en las frecuencias de vibración (baja, media, alta) que emiten cada cuerpo, así como de la disposición del cuerpo receptor (si se encuentra más receptivo o por el contrario opone resistencia).

En 1994 un investigador japonés llamado Masaru Emoto conmocionó al mundo con sus experimentos acerca
del agua. Tomo muestras de agua de diversas partes del mundo expuestas a diferentes circunstancias y las fotografió posteriormente a través de un microscopio electrónico. Según el tipo de influencia que habían tenido en su entorno hacía variar el tipo de cristalización que adquirían. Mientras que las muestras extraídas de lugares más naturales adquirían una bella cristalizacón hexagonal y blanca, las muestras tomadas de sitios polucionados o de agua estancada desarrollaban una cristalización desestructurada y de tonos marrones. Este hecho hizo reflexionar a Emoto y se le ocurrió exponer muestras de agua a distintas conductas y creaciones humanas (algunos ejemplos):

• las moléculas de agua expuestas a música clásica adoptan formas delicadas y simétricas muy similares a las que adoptan ante el sonido de la palabra gracias.
• cuando las muestras de agua fueron sonorizadas con música heavy metal o expuestas a palabras negativas o cuando se enfocaron sobre ellas intencionadamente pensamientos o emociones negativos, el agua no sólo no formó cristales sino que en su lugar se crearon estructuras caóticas y fragmentadas.
• cuando el agua fue tratada con aceites florales aromáticos los cristales tendieron a imitar la forma de la flor original. Lo que parecería demostrar que el agua ha captado la información de la flor.

Emoto nos quiere hacer ver a través de sus investigaciones que el agua no sólo recoge información sino que también es sensible a los sentimientos y a la consciencia. Esa información se hace maravillosamente visible al cristalizarse el agua. Si los cristales de agua se deforman ante cualquier mensaje, voz, sentimiento, música que se transmita en su entorno modificando su misma estructura molecular realmente nos encontramos ante un descubrimiento espectacular porque, entre otras, nuestro cuerpo tiene más de un 60% de agua en su estructura.

Más allá de la moralidad y ética subyacente en nuestros mensajes que configuran intelectualmente los conceptos de "bien" y de "mal" parece ser que ejercemos una influencia transformadora a través de la intencionalidad. El experimento de Masaru Emoto pone de manifiesto que más allá de nuestras inclinaciones (ideológicas, religiosas, políticas, tendencias estéticas...) existe una especie de armonía universal. Al ponernos en consonancia con dicha armonía se fomenta un crecimiento favorable y al interferir en su contra se distorsiona y corrompe la materia. Al final de cuentas todo es energía, y apoyándonos en esta lógica tampoco es descabellado que nuestros mismos pensamientos, esos compendios de abstracciones edificados con palabras, también afecten en el entorno, y por supuesto en nosotr=s mism=s.

Aunque lo de la música heavy como que no me convence. Con todos mis respetos al señor Emoto, pienso que posiblemente su mismo prejuicio ante dicha música afectase al resultado. Que quereis que os diga , a mí me armoniza, me hace bien y eso es lo importante.

(Continuará)



HOKA HEY 2010.

*** (Pido disculpas por las posibles imprecisiones cometidas y por entrometerme en teorizaciones sobre la palabra siendo un profano de la lingüística) ***.