...Las únicas verdades que nos ayudadarán en "este proceso" son aquellas que nos han sido reveladas a través de vivencia própia. Podemos recibir muchos consejos acerca de como crecer y desarrollarnos como personas útiles a nosotros mismos, pero las ideas superficiales que no han tocado la fibra sensible del corazón, no pueden crecer como elementos de sabiduría.

W. Dresel







miércoles, 28 de abril de 2010

¿CAMINAMOS?
















Caminamos con pasos acompasados pero no muy rápidos.

No escuchamos ningún ruido humano mas que el nuestro própio, el de la respiración, el latir del corazón, y el sonido de los pies al pisar alguna rama seca.


Desde aquí no percibimos ningún rastro de civilización más allá de nuestra própia presencia, pero en estos momentos no somos civilización, somos parte de este entorno, de esta naturaleza que nos da la bienvenida en este regreso esperado.

Hinchamos el pecho llenándolo de aire... Ahora SI!!!, esto si es aire, fresco y aromatizado con los mil perfumenes de la flora.

Caminamos sintiéndonos dichos=s por cuanto vemos, montes pedregosos que decoran sus riscos con guilnardas de matorral, lomas de tupido verde, trinos descompasados de pajarillos camuflados entre los solemnes templos de ramas, el vuelo de un rapaz presidiendo desde su posición privilegiada este paraje terrenal, este trocito de cielo. Piedras afiladas y cantos rodados que anuncian la cercanía de algún afluente, que ahora comienzas a oir, leve como un susurro.

Caminamos buscando el frecor de unas sombras, atraid=s por el clamor creciente del líquido en su golpear de rocas.

Nos acercamos cada vez más. Se alzan las voces del agua y las piedras en su diálogo inconcluso, hasta que por fín estamos frente a frente con este monumento de la naturaleza, la nada y el todo en forma de pequeña cascada.

Unas zarzas enraizaron y crecieron estrategicamente para proteger el acceso a tal escenario, pero logramos pasar esquivando la espesura del follaje espinoso, no sin llevarnos algunos rasguños en los brazos, que no hacen sino confirmar que no estamos en ningún sueño, que todo es tan real como nuestra presencia.

Hundimos las manos en el líquido que necesitamos todo ser vivo, juntamos las manos y bebemos, resfrescamos la cara.

Trás el deleite de la parada, continuamos acompañando al arroyo en su camino esculpido, serpenteando el paraje.

Los rayos del sol se cuelan entre el techo arbóreo, finos hilos dorados iluminan puntos al azar, cual lianas de fuego emergidas de la hiedra para buscar el suelo.

Un hueco se abre entre la arboleda para mostrar el explendor de un loma salpicada de motas colereadas, petalos de flores innombrables que nos llaman invitándonos a un cambio de ruta que gustos=s aceptamos.

Caminamos ascendiendo campo a través sin lindes ni sendero marcado, ajenos a la emisión de pensamientos que nos separen de la intensidad asimilada por nuestros sentidos, sencillamente admiramos la sabiduría de lo inmediato. Continuamos subiendo y paulatinamente la pendiente se suaviza, proclamando la cima.
Inhalamos aire con mayor intensidad, conteniendo en nuestro pecho la pureza de lo inhalado un poco más tiempo del habitual. Mientras, giramos sobre nosotr=s mism=s haciendonos conscientes de la fuerza que esta panorámica nos aporta. Copas de arboles que quedan bajos nuestros pies, otras lomas, magestuosas montañas, el brillo ahora lejano del arroyuelo... Estamos aquí!!!.

Absort=s ante la grandeza de cualquier punto al que miramos, decimos parar allí para seguir comtemplando. Nos sentamos en un manto de hierba de mil verdes, y continuamos observando alternando miradas al horizonte con otras que reparan en lo más cercano, en otras imagenes más pequeñas, diminutas formas de vida que igualan en grandeza a la montaña más alta. Florecillas del tamaño de la cabeza de un alfiler, insectos laboriosos en su afanosa recolección de alimentos, y una abeja que flirtea con pistilos y estambres embadurnándose de polen.

Nos tumbamos boca arriba para recibir el sol directamente en la cara. Demasiada luz, cerramos los ojos y nos dejamos llevar.

Es la perfección incuestionable, todo está en su sitio, en el debido lugar que nivela armoniosamente todos los elementos, toda la vida. Y nosotr=s perteneciendo a este momento imperturbable.

Nos tomamos nuestro tiempo.
Fluímos.

No hay nada que explicar, "TODO ES".

Un sutil golpe de aire nos hace reaccionar, nos incorporamos y volvemos a abrir los ojos para ver de nuevo como estalla ante nosotr=s la grotesca belleza del paisaje, que empieza a adquirir otras tonalidades según se pone el Sol. Tonos anaranjados que nos recuerdan que la noche pronto llegará.
Reanudamos la marcha de regreso replet=s de energía.

Un silencioso adios, un hasta luego con el mejor sabor de boca, no sin antes firmar el salvoconduzto con Gaia: Todo quedo tal cual lo encontramos.
Lo único "usurpado" fué un manojillo de espárragos y la bolsa que portamos en nuestra mano llenada con los desperdicios que manos inconscientes esparcieron en la virginidad de este templo a la Vida.


"Tan sólo en el monte no encontraremos ni una mota de polvo".


HOKA HEY 2010.













5 comentarios:

  1. Ahora mismo voy contigo, por paisajes olvidados descubiertos amados.
    Bella y como siempre interezante entrada.
    Un bezazo.

    ResponderEliminar
  2. A veces no te queda claro si es mas importante caminar o llegar al final del camino
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. QUE CURSI ERES CUANDO QUIERES DAS HASTA MIEDO.... PERO QUE SEPAS QUE ME ENCANTA PASEAR CONTIGO POR EL MONTE, POR LA PLAYA Y POR UN VERTEDERO SI ES NECESARIO, ESTOY SEGURA QUE EN CUALQUIER PAISAJE, CONTEXTO Y SITUACION ERES CAPAZ DE DAR LO MEJOR DE TI MISMO Y COMPARTIRLO CONMIGO. OREIUQ ET.10

    ResponderEliminar
  4. Camimanos por todos los caminos que el paseo lo requiera. Ante ellos nos ofrece la vista más amplia de todo lo que nos rodea, sonidos innolvidables, cantos a la vida. Unas vistas que por más que abras tu mente, siempre nos dejamos cosas atrás por ver. Mientras más se repite el camino, más fácil es el andar, sabes por donde pizar, sabes que ver y más que ver.
    Colores que la naturaleza, sólo ella, nos puede ofrecer, vida pura. El fluir del río te hace parar un momento, mirar, observar y oir. Después de tanta visión colorida y aromática que la naturaleza nos dá, te queda ese buén sabor de boca, el saber que lo has disfrutado y por un tiempo, has estado conectado a la vida misma.
    Besos amigo, seguimos caminando.

    ResponderEliminar
  5. *** Hola amig=s ante todo Gracias por pasaros por aquí y aportar vuestro granito de arena, las cosas compartidas saben mejor.

    Cuarentañera: yo pongo el paisaje y tú el astro rey que lo calienta, no está nada mal el complemento. Un besote.

    Juanjo: ¿el camino o el destino? Tú como siempre haciendonos comernos un poquillo más el tarro, claro, "como de por sí le damos pocas vueltas a las cosas"... Supongo que esa respuesta la tiene que contestar cada un= en función de como se encuentre. Nos seguimos leyendo, cuidate.

    Maria:que más quisiera ser capaz de sacar lo mejor de mí en todo momento, pero gracias por el cumplido. Y en cuanto "al miedo que te doy" me parece que a estas alturas poco te podrá asustar de mis desvarios de palabras, pero vamos que pienso seguir atemorizandote, así que al loro!!!. B-sos.

    Ross:conocidos o no, lo ideal es dejarnos fluir por esos caminos, fuionándonos con todo lo que percibimos, receptiv=s, sintiendo lo irrepetible y único de cada escena que la naturaleza nos regala. Sin olvidar nunca que nosotr=s tambien somos naturaleza. Seguimos caminado amiga, un beso.

    ResponderEliminar